Cuando comenzamos un nuevo negocio, un proyecto personal, un blog o cualquier otra idea, ¡queremos hacerlo ya!
La ilusión por montar algo nuestro nos abraza y queremos comernos el mundo… ¡síiiiii!
En vez de organizar todo concienzudamente, empezamos a acelerar los pasos que hay que dar, los procesos que deben dar forma a nuestra idea y tendemos a quererlo todo para anteayer… y si puede ser gratis, mucho mejor.